Si viajas justo de tiempo y solo puedes quedarte un día en Phnom Pehn, hay dos lugares que no te puedes perder: los Campos de la Muerte de Choeung Ek (Killing Fields) y la Prisión S-21.
Phnom Penh, es la capital de Camboya y la ciudad más poblada del país, con un área metropolitana de 2,2 millones de habitantes. Se encuentra en la confluencia de 3 ríos: Mekong, Sap y Bassac y se caracteriza por una historia aún muy reciente repleta de barbaries y horrores cometidos por los Jemeres rojos.
Después de nuestro susto en Indonesia por el Terremoto de Lombok, decidimos viajar a Camboya para aprovechar los días que aun nos quedaban de vacaciones. Como buena capital asiática, no faltan mercados callejeros, bonitos templos y un poco de caos, pero todo eso queda eclipsado por estos dos parajes históricos.
Además, si ya has estado viajando por Asia, enseguida te darás cuenta de que esta es una de las capitales menos atractivas por visitar. Es por eso, que es aconsejable aprovechar este viaje para llenarse de cultura y revisar la historia de este país. A continuación, te relato mi experiencia visitando los espeluznantes Campos de la Muerte y la horrible Prisión S-21.
Los Campos de la Muerte y la Prisión S-21: dos lugares históricos que te dejarán helado
1. Los Campos de la Muerte de los Jemeres Rojos (Killing Fields)
Los Campos de la Muerte, o Campos de Exterminio, fueron utilizados por los Jemeres Rojos para asesinar y enterrar a miles de personas durante su régimen (1975 y 1979). En toda Camboya se han descubierto unos 300 Campos de la Muerte, dentro de los cuales, hasta la fecha, se han encontrado unas 20 mil fosas comunes que albergaban aproximadamente 1,5 millones de víctimas.
Los Jemeres Rojos priorizaron las ejecuciones de médicos, profesores, ingenieros, deportistas, personas bilingües y cualquiera que pareciese pertenecer a la burguesía, como, por ejemplo, el hecho de usar gafas.
Durante 4 años de régimen, entre ejecuciones, enfermedades y hambruna, hay estimaciones que contabilizan entre 1,7 y 2,5 millones de muertos. Si tenemos en cuenta la población camboyana en esa época, asesinaron a 1 de cada 4 personas.
El Campo de la Muerte de Choueng Ek: La estupa budista conmemorativa
El Campo de la Muerte más conocido y más grande de Camboya está situado en el poblado de Choeung Ek, a tan solo 17 km de la Phnom Pehn. En la actualidad, todo el recinto del Campo de la Muerte de Choeung Ek se ha convertido en un monumento conmemorativo para honorar a todas las víctimas del genocidio jemer.
El precio de la entrada es de 6 euros y viene incluida con una audioguía. La audioguía es indispensable para adentrarte en este infierno en silencio, escuchando atentamente las explicaciones de cada lugar y los relatos de los supervivientes.
En la audioguía, entre otros muchos detalles, nos cuentan que, para ahorrar munición, en las ejecuciones se utilizaban venenos, espadas y troncos de bambú afilados. Se cuenta también que se llegaron a asesinar a 300 personas al día y que, para que no se escuchasen los gritos desde fuera, ponían los altavoces a todo volumen con música revolucionaria.
Al entrar el recinto, hay una enorme estupa budista de cemento con grandes ventanales de cristal. Cuando te acercas a la ella, es inevitable quedarte petrificado. En el interior, se conservan nada más y nada menos que 5 mil cráneos que se ven desde fuera, que están clasificados por edad y sexo, y que llegan hasta lo alto de la estupa.
Un día en Phnom Pehn: Las fosas del Campo de la Muerte
Más adelante, se encuentran las fosas ya excavadas que han sido clasificadas por los restos que se han encontrado dentro. Hasta la fecha, se han encontrado 8.895 víctimas en únicamente este campo de la muerte. Durante el recorrido, uno se encuentra fosas que ya han sido excavadas, limpiadas y clasificadas y otras muchas que todavía están pendientes.
Hay tres fosas en concreto que a mí en particular me impresionaron mucho (y seguramente a cualquiera que haya visitado este campo): una fosa masiva donde se encontraron 450 víctimas, otra fosa donde había cuerpos sin cabeza y, la peor, una donde se encontraron más de 100 cuerpos de mujeres y niños en su mayoría desnudos.
Justo al lado de esta fosa se encuentra lo más terrorífico de este campo de la muerte, el Árbol de la Muerte, un enorme árbol que utilizaban los ejecutores para golpear a los bebes antes de tirarlos a las fosas. Tanto en el tronco del árbol como en los postes que delimitan las fosas se puede observar cientos de pulseras que se han ido dejando allí en memoria de los fallecidos.
2. La Prisión S-21 (Tuol Sleng)
Un poco de historia sobre la Prisión S-21
Lo que fue un antiguo colegio de la capital de Camboya se convirtió durante el régimen en más que una prisión de alta seguridad, en un campo de tortura. Se hacía llamar Prisión S-21, aunque también fue conocido como Tuol Sleng (Colina de los Árboles Venenosos).
En la actualidad, es un museo que prueba los horrores cometidos por el régimen de Pol Pot y recuerda el terror sufrido en el país. El Museo conserva muchos de los espacios tal como se lo encontraron cuando el ejército vietnamita derrocó al régimen de los Jemeres Rojos.
Gracias a los archivos que dejaron al abandonar la prisión, se sabe que, al menos, 14.000 personas pasaron por ella. La prisión se encontró a causa del olor a muerte que se extendía por la zona y, aparte de centenares de víctimas, el ejército vietnamita tan solo halló 12 supervivientes, de entre ellos, 5 niños.
Las Normas de la Prisión S-21
El complejo está compuesto de dos edificios principales a cada lado y un gran patio en el centro. En ese patio central se han construido 14 lápidas en honor a las últimas 14 víctimas que encontraron asesinadas, según parece, a toda prisa, ante la caída del régimen y la inmediata huida.
Delante de uno de los edificios se muestra un cartel que indica las normas que debían cumplir los presos. Estas eran:
- Debes responder a mis preguntas. No les des la vuelta.
- No trates de esconder los hechos con pretextos. Tienes estrictamente prohibido contradecirme.
- No hagas el imbécil, eres tú quien se ha opuesto a la revolución.
- Debes inmediatamente contestar a mis preguntas sin hacerme perder el tiempo.
- No me hables de ni de tus inmoralidades ni de la esencia de la revolución.
- Durante los latigazos o la electrocución, está prohibido llorar.
- No hagas nada, siéntate quieto y espera mis órdenes. Si no hay órdenes, mantente en silencio. Si te digo que hagas algo, debes hacerlo enseguida y sin protestar.
- No pongas excusas sobre Kampuchea Krom para ocultar tu secreto o tu traición.
- Si no sigues todas las reglas de arriba, deberás recibir muchos, muchos latigazos de cable eléctrico.
- Si desobedeces cualquier punto de mis regulaciones deberás recibir o 10 latigazos o 5 descargas eléctricas.
Un día en Phnom Pehn: El escalofriante recorrido por la Prisión S-21
Una vez visto el patio, te adentras en los edificios. Enseguida te das cuenta de que todos los espacios donde antes jugaban niños habían sido transformados en lugares de sufrimiento y tortura. El recorrido es escalofriante. Todo, cada detalle, parece salido de una película de terror.
Algunas aulas están totalmente vacías, excepto por una cama eléctrica colocada en el centro que utilizaban para las torturas. En las paredes de cada aula, se muestran fotografías de las últimas víctimas que yacían en esas mismas camas.
Otras aulas, en vez de ser un espacio abierto, se convirtieron en un espacio repleto de pequeños cubículos de ladrillos o madera. Ahí, encerraban a los presos en solitario, con cadenas y casi sin espacio para moverse.
En los pasillos, aún podemos ver las alambradas que se pusieron para que los presos no pudieran suicidarse saltando desde los pisos más altos. Para acabar la terrible visita, en algunas aulas se muestran decenas de fotografías de las víctimas (de todas las edades y géneros) sacadas de los archivos de la prisión. Por último, también hay fotografías de Jemeres Rojos e instrumentos usados para las torturas e incluso un busto semidestruido de Pol Pot, el líder jemer.
Y lo peor de todo es que, se han descubierto 190 prisiones por todo Camboya similares a la presión S-21. Por eso, aunque la visita sea dura y triste, en cualquier itinerario para un viaje por Camboya que merezca la pena, es casi obligatorio quedarse un día en Phnom Pehn para visitar los Campos de la Muerte de Choueng Ek como a la Prisión S-21.
Un día en Phnom Pehn: Viaje de Phnom Pehn a Siem Reap
Siento decirte que, si te animas a visitar estos dos emplazamientos, sin lugar a dudas, no tendrás un día agradable. Sin embargo, aprenderás mucho sobre una parte muy importante de la historia de este país, que te ayudará a entenderlo un poco más, respetarlo, y no quedarte únicamente en la superficie; como muchas veces hacemos los turistas.
En nuestro caso, abandonamos la capital camboyana con una sensación de pena, pero satisfechos por lo aprendido en tan solo un día en Phnom Pehn. Nuestros cuerpos rebosaban ilusión y curiosidad para descubrir más sobre este país, su historia y su gente.
Sin más dilación, nos subimos a un autobús nocturno de 6h para recorrer los 320 km que nos separaban de nuestro siguiente destino: Siem Reap, donde se encuentran las famosas Ruinas de Angkor. Acabábamos de empaparnos de la historia más reciente de este país, ahora tocaba descubrir los origines de la civilización camboyana.
“El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad”.
Albert Einstein