Sichuan, mucho más que un sitio donde ver pandas
Fui de viaje a Sichuan para conocer la provincia justo al norte de Yunnan, donde resido desde hace años. El oeste de Sichuan (四川) no solo hace frontera con el Tíbet sino que es una zona que antiguamente pertenecía a una región del Tíbet hasta que en 1955 se anexionó a la provincia de Sichuan.
El turismo es muy escaso en esa zona y actualmente en muchas partes aún conservan sus raíces tibetanas por lo que nos brindaba la oportunidad de conocer una cultura totalmente diferente. Queríamos ver de cerca esa magnífica esencia que transmite todo lo que está en conexión con el Tíbet.
La provincia de Sichuan, con capital en Chengdu, se caracteriza por ser la cuarta provincia más poblada de China (después de Guangdong, Henan y Shandong). Con aproximadamente 85 millones de habitantes, la mayoría Han, la minoría Tibetana y la minoría Yi son las que más abundan en la zona.
En China se conoce Sichuan por sus reservas naturales donde el panda gigante se cría en cautividad (Jiuzhaigou, Huanglong). También por su comida picante y por encontrarse la estatua buda de piedra más alta del mundo (71m) (Leshan). Además, por si fuera poco, se dice que las mujeres de Sichuan son las más guapas de China.
Vacaciones chinas y migraciones
Teníamos una semana de vacaciones. En China, el 1 de Octubre es conocido como el Día Nacional de la República Popular China. Se conmemora su fundación el 1 de Octubre de 1949 después de que el partido comunista gobernado por Mao Ze Dong se impusiera al partido republicano en la guerra civil.
El Nuevo Año chino (febrero) y el Día Nacional chino (octubre) son los dos festivos más importantes de China. Son también los dos únicos momentos del año en que gran parte de la población puede gozar de una semana de vacaciones. Mucha gente aprovecha para volver a casa o viajar, por lo cual, se produce la migración temporal más importante del planeta.
A la hora de viajar en estas fechas uno tiene que intentar evitar los sitios más turistas para ahorrarse atascos de 10 horas o aglomeraciones insoportables. Un conocido chino me dijo un día: “si no viajas en vacaciones chinas te puedes arrepentir, pero si lo haces, te puedes arrepentir aún más”.
Una ruta por Sichuan
Nuestro plan de ruta era ir desde Kunming a Chengdu (853km) en tren y desde allí tirar hacia el oeste en taxi furgoneta. Parar primero en Kangding (331km), luego en Ganzi (Ganzizhen) (386km). Seguidamente ir dirección sur parando en Litang (263km) y Xiangcheng (204km). Entrar a Yunnan por el norte y llegar a Shangrila (200km). Desde allí buscar el trasporte que más nos conviniese para volver a Kunming (644km). TOTAL: 2863km aproximadamente en una semana.
Las taxi furgonetas donde cabíamos los 6 (y a veces alguien más que se encontraban durante el camino) salían a unos 100rmb (15 euros) por cabeza cada viaje de 8-9h. El precio es bastante elevado para ser China, pero era la manera más rápida y cómoda de viajar. Y a menudo, la única manera de llegar a donde queríamos llegar.
De Kunming (Yunnan) a Chengdu (Sichuan)
Salimos de Kunming el domingo al mediodía (29/09/2013) y llegamos a Chengdu a las 9 de la mañana del día siguiente. No nos apetecía estar en la capital con lo cual solo llegar cogimos un autobús hacia Kangding.
La ruta Chengdu – Tíbet por carretera tiene el “privilegio” de entrar en la lista de las 10 más peligrosas del mundo. Nosotros hicimos parte de ella y tampoco nos libramos de un par de sustos. Por la noche no se puede viajar porque es peligroso. Así que nos pasábamos el día en coche por caminos estrechos y embarrados, montañas, precipicios y ríos. Quemábamos las horas charlando, intentando dormir o apreciando el paisaje.
Sichuan: Kangding
Kangding, que como he mencionado antes, perteneció al Tíbet hasta el 1955 cuando se integró a la provincia de Sichuan, es un pueblo situado entre montañas a 2560 metros de altura y en la confluencia de dos ríos.
Llegamos por la noche cansados del viaje y nos hospedamos en el primer hotel que encontramos a la entrada de la ciudad. Al día siguiente por la mañana fuimos a dar una vuelta. A la que uno da dos pasos por la ciudad ya tiene la sensación de haber abandonado China y estar en un país totalmente distinto.
Algunas casas aún conservan el particular estilo tibetano. En el suelo de los mercados callejeros se amontonan las cabezas y cuernos de yak. Las rocas de las montañas que rodean la ciudad están decoradas con pinturas gigantes de budas. En los árboles cuelgan pañuelos tibetanos que bailan al son del frio aire de montaña.
En la cima de una de esas montañas hay un templo tibetano y una stupa. Merecen una visita. Durante toda la subida te acompañan banderas tibetanas que marcan el camino a seguir. Se dice que dichas banderas con la imagen estampada de buda y los sutras tibetanos tienen la virtud de traer buena suerte y felicidad.
Sichuan: Ganzi (Garze)
Al mediodía bajamos con el teleférico y nos fuimos directos al siguiente destino. Dirección Ganzi paramos un par de veces para descansar en templos a mitad de camino o en aldeas en medio de la nada.
En una de ellas una familia muy simpática nos invitó a comer yogur casero de yak. Curiosamente me recordó al yogur griego. Fue bonito compartir un rato con los locales y apreciar su humildad y gratitud a pesar de que casi no podíamos comunicarnos porque hablaban tibetano.
Después de pasar la noche en Ganzi, por la mañana, nos fuimos a un lago que estaba a dos horas de la ciudad. Al límite con la frontera del Tíbet, al lago Xin Lu.
El recorrido fue sencillamente asombroso. El paisaje estaba rodeado de montañas, casas tibetanas, templos budistas y tiendas de campaña de los nómadas. Los jinetes cabalgaban con sus atuendos tibetanos y con machetes colgando de la cintura. Paseaban sus yaks por en medio de la carretera como si todo lo demás no fuera con ellos. Eso ya no parecía otro país, parecía otra época.
Pero a pesar de todo, aún mejor fue llegar al lago. El lago está a 3000m de altura. Está rodeado de montañas nevadas y al fondo se pueden las Montañas Cholas, en la región tibetana de Kham, donde el pico más alto alcanza los 6168 metros. Después de todas las horas que habíamos hecho en coche solo llegar allí nos dimos cuenta de que había merecido la pena.
Solo nosotros, el lago y las montañas de fondo haciéndonos compañía. Por desgracia, cuando empezó a oscurecer, tuvimos que irnos, nos sin antes prometernos volver algún día.
Sichuan: Litang
Al cuarto día nos dirigimos al sur, a Litang. Otro sitio del que nos esperábamos mucho. Lugar de nacimiento de varios Dalai Lama y a 4000m de altura, es una de las ciudades más altas del mundo.
Históricamente es un punto de conflicto entre chinos y tibetanos. Tanto es así que la presencia de policía militar china es bastante elevada a causa de la continua tensión entre ambos y para evitar revueltas a favor de la independencia del Tíbet
Litang, más que asombrar por su belleza, asombra por su identidad. Por ser auténtico, por ser como es. Como si hubiesen abandonado esa ciudad y a su gente a su suerte y se hubiese atascado en el tiempo. Sin hoteles de lujo ni tiendas para turistas. Con pisos viejos, aceras sucias y humildes aldeanos paseando por las calles haciendo rodar el molino de oración mientras rezan en voz alta.
El templo de Litang
Al norte de la pequeña ciudad hay un templo repleto de niños estudiando budismo. A parte de lo bonito que es, unas de las vistas más bonitas que encontramos fue al subir la montaña que sigue el templo.
Subimos todos juntos. A mitad de camino se podía apreciar el templo, la ciudad y las montañas nevadas en conjunto y armonía. Nos quedamos un rato maravillándonos de las vistas y recuperando el aliento.
De repente nos percatamos de que un amigo, enloquecido por tanta nieve y tanta naturaleza, sin decir nada, había seguido subiendo la montaña. Y encima, otro amigo lo seguía a lo lejos. Como casi siempre la curiosidad pudo más que el cansancio y me puse a seguirles también. Al principio hice algún que otro sprint para intentar cogerles pero fue imposible. Entre la nieve y la altura a la que estábamos 10m de sprint parecían 100.
Estuve un buen rato caminando solo rodeado de nieve y sin poder verles a lo lejos. Por fin, al cabo de 20-30 minutos, distinguí dos figuras sentadas al lado de unas piedras amontonadas y rodeadas de banderas tibetanas (posiblemente una tumba tibetana).
Desde allí ya no se veía la ciudad, solo nieve, solo blanco. Estuvimos un buen rato tirándonos bolas de nieve como si tuviéramos 10 años de nuevo. Más tarde, nuestras caras quemadas nos recordaron de que era hora de descender y reunirnos con nuestros amigos.
Xiangcheng (Sichuan) – Shangrila (Yunnan)
Aunque no habíamos parado en ningún momento, ya era viernes y el tiempo se nos echaba encima. Nos fuimos esa misma tarde hacia Xiangcheng. Llegamos por la noche pasada la madrugada. Dormimos en la calle 4 horas hasta coger el primer bus dirección Shangrila (Yunnan) que salía a las 6 de la mañana. Nos despedíamos de Sichuan y volvíamos a la provincia de Yunnan.
El sábado por el mediodía, agotados y mal olientes, por fin estábamos en Shangrila. Después de buscar un hotel y meterse una buena ducha caliente nos fuimos a dar una vuelta por la zona antigua de la ciudad.
Originalmente el nombre de la ciudad era Zhongdian pero en 2001 se decidió cambiar el nombre para fomentar el turismo. Actualmente Shangrila es una de las zonas con más turismo chino de China. El nombre de Shangrila proviene de la novela El Horizonte Perdido (The Lost Horizon) de James Hilton. En dicho libro, se describe un oculto místico y utópico paraíso himalayo donde su gente vive apartada del mundo en armonía y felicidad.
Por desgracia no tuvimos mucho tiempo para explorar adecuadamente Shangrila. Nos perdimos sus alrededores que dicen que es lo mejor pero, al menos, vimos la parte antigua que aún tenía un aire a pertenecer más al Tíbet que a China.
Sin embargo, por lo que poco que vi, Shangrila me decepcionó bastante por lo turista que era. Todo lo habían convertido en tiendas de regalos o de ropa de montaña, restaurantes u hoteles para turistas. En mi opinión, habían echado a perder gran parte de su encanto. Un encanto que, por ejemplo, sí encontramos en Litang.
Viaje de Dali a Kunming (Yunnan)
Al día siguiente, como todos los tickets de tren y bus hacia Kunming estaban vendidos tuvimos que coger un bus de Shangrila a Dali. Luego, desde Dali, encontrar un taxi que nos llevara a Kunming.
Lo que debía ser un viaje de dos horas resultó un viaje de 10h por culpa del tráfico y los atascos. La vida en China volvía a la normalidad y con ella todos los chinos regresaban a la gran ciudad. Al llegar por fin a casa la experiencia de una semana me parecía que hubiera sido la de un mes. El viaje fue bastante loco. Sobre todo por el poco tiempo que tuvimos para todos los kilómetros que hicimos.
Hacerlo en dos semanas hubiese sido lo ideal. Pero sin lugar a dudas, puedo afirmar que este viaje por la parte tibetana de Sichuan ha sido uno de mis viajes más gratificantes, sorprendentes y divertidos de mi vida. Sichuan y un pequeña parte del Tíbet ya están para siempre en mi corazón.
¡Novedades! ¡no hace falta pagar ningún visado para una estancia de 15 días! Para ciudadanos de España, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Suiza, Irlanda, Hungría, Austria, Bélgica, Luxemburgo y Malasia, hasta el 31 de diciembre del 2025, los titulares de pasaportes ordinarios de estos países podrán hacer negocios o viajar a China sin visa por hasta 15 días. ¡Aprovecha para ir a China!
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– Anita Desai –